GUIÓN
"LIBERTAD EN LA TIERRA:
LA COLONIA PENAL DE VILCÚN"



En nuestro planeta, todas las criaturas nacen libres, incluyendo los seres humanos.

¿Qué significa ser libre?. ¿Qué es la libertad?.

Aúnque se reconoce el derecho natural de todos los seres humanos a vivir en libertad, históricamente, siempre ha existido el encierro para aislar y castigar a quienes han transgredido las normas y leyes que las sociedades tienen para regular su convivencia y funcionamiento.

Siempre han existido las cárceles: lugares de encierro forzoso donde la sociedad obliga a permanecer por meses, años, o toda la vida, a quienes han quebrantado sus leyes.

La cárcel es por esencia la negación de la libertad.

Tradicionalmente, las cárceles han sido recintos lúgubres, estrechos y sobrepoblados… La antítesis de un lugar donde la sociedad busca, presúntamente, la readaptación social de las personas que han cometido delitos.

Chile, como la mayoría de los países del mundo, no escapa a esta enorme contradicción.

Es un hecho comprobado que la libertad se valora cuando se pierde, pero, ¿qué sienten y pierden realmente las personas cuando se les encierra y priva de libertad?.

¿Es posible conseguir la rehabilitación social y personal de quiénes han cometidos delitos?… ¿Existe en Chile algún sistema carcelario que realmente lo permita?.

En un rincón de la precordillera andina de la Novena Región de la Araucanía, existe una comunidad de casi 100 personas que vive y trabaja en un predio de más de 1.000 hectáreas, cubierto por densos bosques y fértiles praderas.

A simple vista, parece un asentamiento agrícola mas de los muchos que existen en el Sur de Chile, sin embargo, este predio no es un fundo... es una cárcel. Y los 68 reos comunes que aquí cumplen condena, trabajan la tierra sin restricciones de ningún tipo, en una experiencia de rehabilitación social única en su género.

Es el Centro de Educación y Trabajo de Vilcún, la colonia penal más grande del país, y sus internos o colonos pueden circular libremente por todos los sectores de este enorme predio de 1.027 hectáreas.

Aquí no existen muros ni rejas que limiten los movimientos de los internos. Los controles de gendarmería no contemplan formaciones, allanamientos, intervención de correspondencia, control de visitas, y otras rutinas típicas de una cárcel común.

En el Centro de Educación y Trabajo de Vilcún, la confianza y la autodisciplina son los dos conceptos fundamentales en que se basa este sistema carcelario distinto.

Muchos de estos hombres están condenados a varios años de reclusión. Incluso, hay también algunos reos condenados a cadena perpetua. Tomando en cuenta que ellos andan sin ninguna vigilancia entre bosques y praderas durante buena parte del día, es difícil entender por que no se van.

Marcos Luengo tiene 38 años y procede de la ciudad de Carahue. Lleva dos años en el CET y trabaja en la lechería del predio en diversas faenas derivadas del procesamiento de la leche.

Tiene a su cargo una pequeña fábrica de mantequilla, cuya producción abastece a la comunidad de la Colonia.

Se encarga también de la alimentación diaria de los pequeños terneros que se encuentran en crianza.

Marcos Luengo realiza sus labores con gran independencia y responsabilidad personal, cumpliendo su condena sin mayor intervención de Gendarmería. Puede asi llevar una vida absolutamente normal y enfrentar con libertad su proceso de rehabilitación.

Como este sistema penal se basa en la confianza y responsabildad personal, los funcionarios de Gendarmería del CET de Vilcún no necesitan hacer un trabajo de seguridad. Ello les permite asumir también las funciones técnicas y administrativas propias de cualquier predio agrícola.

Entre la neblina típica de la madrugada sureña y los primeros rayos del sol, el día comienza en la Colonia Penal de Vilcún.

La rutina del CET empieza con el desayuno y la asistencia a la única cuenta diaria que se hace en las casas de la administración a las ocho en punto de la mañana.

Como parte de la independencia y libertad que tienen los internos de esta colonia penal, algunos de ellos viven sólos y lejos de las instalaciones centrales. Por la distancia, estos colonos están liberados de asistir a la cuenta cotidiana,

Ellos realizan su vida y trabajo diario con gran autonomía, como parte de un proceso de rehabilitación que descansa profundamente en la responsabilidad y el compromiso personal que han asumido.

Hace ya mas de cinco años que Héctor Lagos construyó una pequeña casa a orillas del río que cruza el fundo. Aquí vive libre e independiente con la sóla compañía de sus nueve perros, entre los que destaca su compañero inseparable: el Fiel.

Todas las mañanas, este hombre simple de origen campesino se pierde, junto con otros colonos, en las montañas del predio para trabajar en un programa de explotación forestal.

Como Héctor Lagos, muchos otros colonos han podido reconstruir su vida en los campos de esta colonia penal... Aquí han encontrado la posibilidad de tener un trabajo y un espacio propio que les hace sentirse mas dignos y libres.

Todos los colonos del CET de Vilcún tienen una rutina de trabajo diario como cualquier predio agrícola o forestal moderno. Las jornadas se realizan en los horarios acostumbrados, incluyendo los periodos destinados a la comidad y el descanso.

Como parte del proceso de rehabilitación, se busca desarrollar hábitos laborales y de vida que les permitan reinsertarse con facilidad al medio externo, una vez cumplida su condena.

Después del mate de mediodía, Héctor se hace cargo del manejo y la mantención del aserradero con que cuenta el CET. En compañía de otros colonos y gendarmes, produce diversas maderas para abastecer las necesidades de construcción del fundo y las labores de mueblería que realizan los colonos.

En el entusiasmo y la dedicación al trabajo que muestran estas personas, aflora un mensaje importante: para tener dignidad y sentir libertad, es fundamental sentir la confianza de quienes nos rodean y ser feliz con lo que hacemos.

Estas son parte de las condiciones reales que brinda el Centro de Educación y Trabajo de Vilcún a los colonos, y son también parte de la explicación de por que nadie piensa en escapar.

Aquí se les trata como personas. Nadie los vigila. Pueden salir libres durante una semana cada tres meses. Por su trabajo reciben ingresos que les permiten ayudar a sus familias. En suma, gozan de una libertad real, pues estar aquí ha sido una opción personal de ellos.

Para llegar a ser colonos del Cet, han debido postular y pasar un exigente proceso de selección.

Los colonos del CET pueden recibir, a partir del día viernes y hasta el lunes en la mañana, a familiares y amigos que llegan desde diversos lugares a compartir con ellos.

Gendarmería de Chile no interviene en este contacto familiar, y salvo un pequeño trámite a la llegada, esta convivencia se realiza con total independencia e intimidad.

Este derecho es otro factor fundamental de libertad y rehabilitación para los colonos del CET de Vilcún. Les permite compartir dignamente con sus familias y recibir el cariño y la fortaleza de los suyos.

Marcos Luengo está condenado a 20 años de prisión, y sin duda, debe su fortaleza de espíritu a la hermosa familia que posee.

Aparte de las faenas estacionales propias de la ganadería lechera, la agricultura y la explotación forestal, en el CET de Vilcún se desarrollan muchas otras actividades productivas.

Entre estas sobresale un proyecto para el cultivo de flores ornamentales y la producción de diversas hortalizas, actividades que se realizan en los amplios invernaderos que posee la colonia.

En lo que se refiere a la ganadería menor, destaca la crianza de cerdos por su calidad y el tamaño. Gracias al trabajo de construcción de los propios colonos, la Chanchería cuenta con modernas instalaciones.

La producción avícola es también un rubro significativo. Cada día este plantel de gallinas produce mas de 800 huevos. Esta producción se destina al consumo de los residentes de la colonia y a la venta en establecimientos comerciales de la comuna.

La lechería es hoy uno de los rubros mas importantes de la producción agropecuaria del CET de Vilcún.

Con la incorporación de modernas tecnologías y una eficiente organización productiva, esta lechería entrega diariamente una producción de 1.300 litros.

Esta leche es vendida a plantas lecheras de la zona, representando una fuente importante de ingresos para la colonia.

Los actuales rubros productivos del CET estan orientados a lograr plenamente los objetivos de autofinanciamiento y autoabastecimiento que se propuesto esta colonia penal modelo.

Un factor fundamental en el proceso de rehabilitación de los colonos en el CET es el desarrollo de la responsabilidad personal.

Es difícil creer que una persona que ha cometido ulgún delito sea una persona responsable, pero, ¿son acaso todos los delincuentes iguales?. En la Colonia Penal de Vilcún es posible constatar que no es así.

Don Juan Crisóstomo tiene 50 años. Es originario de Chillán y ya cumple dos años de reclusión en el CET de Vilcún.

El es un hombre simple y generoso como la tierra que tanto ama. Su felicidad está en hacer su trabajo en buena forma y con puntualidad.

Al conocer su desempeño, se hace clara la diferencia que existe entre los delincuentes habituales y las personas que por alguna razón se equivocaron y cayeron en la desgracia de la cárcel.

Don Juan hace mucho tiempo que entendió que el esfuerzo y la humildad que pone en su trabajo cotidiano son el sustento de su felicidad. El es un hombre rehabilitado y no se siente preso. Simplemente trabaja en el campo.

En el CET de Vilcún son numerosas las personas que han encontrado seguridad laboral, que viven en buenas condiciones físicas y tienen un trato digno con los funcionarios de Gerdamería y sus pares

Aqui se han reencontrado con su familia y pueden disfrutar de la libertad que les brinda una naturaleza hermosa y acogedora.

En un sistema penal como este, adquiere sentido y realidad la búsqueda de la rehabilitación .

Una convivencia y una atmófera distinta, oportunidades de trabajo y educación, son algunos de los factores que explican el éxito de Centro de Educación y Trabajo de Vilcún.

Nunca fue el propósito de este documental averiguar el tipo de crimen o delito cometido por estos hombres.

Cada uno de ellos, en su intimidad, sabe sin duda la historia y el peso de sus actos. Esa información es relevante sólo para su conciencia y para la posibilidad de perdón de las personas que fueron afectadas por esos actos.

Como todos los seres humano, tienen fallas y defectos, sin embargo, la mayoría de los miembros de esta colonia penal tienen algo que pocas personas han logrado encontrar en la intimidad de sus vidas: una respuesta a la pregunta ¿qué es la libertad?.

Con seguridad, la respuesta a esta pregunta es distinta para cada persona. Sin embargo, existen algunas importantes conclusiones en común: la libertad está más cerca de nosotros cuando sabemos realmente lo que ella significa en nuestra vida. La libertad sólo es posible si tenemos los espacios y las herramientas necesarias para trabajar por ella.

La independencia de Héctor Lagos, la fortaleza de Marcos Luengo, la responsabilidad de Juan Crisóstomo, la constancia de José Cortés, y el optimismo de Blas Barra, nos demuestran la posibilidad y la capacidad que todo ser humano tiene para cambiar su destino.

Al conocer el proceso vivido por muchas de las personas que han pasado por esta colonia penal, no podemos mas que concluir que la rehabilitación social es posible, siempre que existan las condiciones adecuadas para ello.

Se hace tan evidente la conveniencia de que nuestro país implemente muchos centros como este y de una real posibilidad de rehabilitación a tantas personas que hoy viven el encierro de las cárceles.

Todas las personas pueden equivocarse y caer alguna vez en la vida.... Todas las personas tienen derecho a una segunda oportunidad... En eso radica la capacidad de libertad y rehabilitación que poseen los seres humanos.